sábado, 5 de noviembre de 2016

Forlandia.fue el gran fracaso de Henrry Ford.





            Henry Ford queria que todas los componentes de sus automóviles pudieran ser fabricados en
            Estados Unidos.
            A ser posible en Michigan.
           Y el caucho de los neumáticos no provenía de Estados Unidos, y eso a Ford no le gustaba nada.
           Eso de tener que tratar con sucios ingleses y sus decadentes plantas de caucho de Malasia y de
           sus malditas colonias le daba bastante asco, en general.

           Y por eso, inició un proyecto colosal, gigantesco, casi faraónico. Una total y absoluta locura.
           Creó Fordlandia.


Fordlandia. La interpretación del artista en 1928
Fordlandia. La interpretación del artista en 1928
                Ford decidió dejar de depender de los ingleses y su monopolio del caucho y para ello decidió obtener
               su propio Caucho. Obviamente no podría trasladarse a las selvas asiáticas, puesto que eran colonia
               británica, por lo que decidió llegar a un acuerdo con el gobierno brasileño y crear sus propias plantas
               de caucho en medio de la selva amazónica.
               Y eso es lo que hizo, trasladar una auténtica ciudad entera al mismísimo centro del Amazonas, con sus
               barrios, sus factorías, y lo más importante, enormes plantaciones de caucho para producir el componente
               esencial de sus neumáticos.
              De hecho lo trasladó con una auténtica mentalidad americana, todo a lo grande. Tal cual lo tenía montado
              en Michigan, lo llevó en medio de la selva. Construyó típicos barrios residenciales de suburbios americanos,
              con sus casitas unifamiliares, sus ventanas de cristal, con panaderías, con sastrerías, con todas las tiendas
              típicas, vamos, hasta un campo de golf. También trasladó tal cual la idea de fabricación de Michigan, así
              como la política de contratación que había sido un éxito total en los Estados Unidos, de 5 dólares/día, y el
              horario de 9 a 5 de la tarde.

              También lo malo de esa política, como el absoluto control de las costumbres de sus trabajadores, que por
              otra parte eran todos brasileños (lo único que no se llevó de su país), prohibiendo el alcohol y las mujeres,
              por supuesto.

              No sabemos por qué extraño motivo, a Ford todo esto le parecía una buena idea. No tuvo encuenta ni las
             costumbres locales, ni el clima (Asfixiante trabajo de 8 horas diarias bajo el tiempo caluroso y húmedo
             del Amazonas), ni por supuesto la botánica.

El barrio de los trabajadores de Fordlandia en la década de los 30



El barrio de los trabajadores de Fordlandia en la década de los 30. En realidad en la actualidad sigue habitado, aunque no completamente. La fábrica está abandonada.


La piscina de Fordlandia

La piscina de Fordlandia

            Sí, un error de bulto de dimensiones bíblicas. Ni un sólo botánico en toda la plantilla. Sólo ingenieros.
            Así que lo que hicieron dichos ingenieros fue planificar una plantación industrial de caucho, como el que
            planta maíz o trigo, en medio de tierras baldías, no aptas para el cultivo.

            En esencia, los árboles de caucho crecen en la selva del Amazonas de manera natural, pero también
            con una dispersión muy grande, con solo unos pocos ejemplares por hectárea. Es el equilibrio natural.
Campo de Golf en Fordlandia

Campo de Golf en Fordlandia

           Lo que hicieron los ingenieros fue una plantación con varios cientos de ejemplares por hectárea, además,
           de una variedad de planta importada de Asia, donde no tienen “depredadores” naturales.

           El caso es que todo esto apuntaba a un desastre total, pero la brillantísima decisión de industrializar y
           americanizar la propia naturaleza, cegó a Ford y a sus directivos, e invirtieron millones de dólares de la
           época en el proyecto.

La planta de Fordlandia cuando funcionaba
La planta de Fordlandia cuando funcionaba

           El resultado, obviamente, el fracaso total y absoluto, potenciado en primer lugar por la ridícula producción,
           muy lejos de los resultados esperados, en segundo lugar por los problemas y las dificultades laborales de
           los empleados (condiciones de trabajo infames, problemas sindicales, imposición de costumbres extranjeras),
           en tercer lugar por la dificultad del transporte y lo inaccesible del territorio y sobre todo por la aparición poco
          después del caucho sintético, que haría el caucho natural totalmente obsoleto, y por tanto, convirtiendo
           Fordlandia en un absurdo total (esta vez de facto).

           El final, Fordlandia fue inaugurado en 1928 con una gran visión de crecimiento.

          Todos sabemos lo que pasó en 1929, el inicio de la única crisis económica comparable a la actual en la
          historia contemporánea.


Los empleados de Fordlandia
Los empleados de Fordlandia

          A pesar de todo, Fordlandia siguió operativa hasta 1945, año en que la compañía Ford, ya sin el patriarca
          Henry (se aseguro que la compañía quedara 100% en manos de su familia comprando todas las acciones)
          la vendió al gobierno brasileño por unos 20 millones de dólares, que por supuesto, no cubrió ni por asomo
          la inversión inicial.

La factoría de Fordlandia en la actualidad con el despósito de agua
La factoría de Fordlandia en la actualidad con el despósito de agua


Otra foto de la factoría de Fordlandia
Otra foto de la factoría de Fordlandia


             Y aquí viene lo romántico de la historia. En un recóndito lugar en el corazón de la selva amazónica hay
            un suburbio americano semiabandonado, con su panadería, su sastrería, su campo de golf, hay una
            factoría descomunal. 

            Hay un pedazo bastante grande de sueño americano siendo engullido por la selva, es algo simbólico,
            algo como que la naturaleza podrá siempre con la lógica humana y con el progreso. Y las ruinas de
            Fordlandia están ahí como testigo y como prueba de ello.


Ford A Team de Canarias.

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